Testimonio de Alma Judith Flores Sáenz.

Mi nombre es Alma Judith Flores Sáenz y soy sobreviviente de cáncer de ovario.
 
Todo empezó en julio de 2009, después de regresar de unas riquísimas vacaciones en la Riviera maya. Empecé a sentirme mal del estomago, he de confesar que en ese tiempo yo era bastante renuente a ir al médico pero algo en mí sabía que no andaba del todo bien, así que me decidí y saqué cita con un gastroenterólogo, el cual me diagnostico un mioma de 15 cm en mi ovario derecho, que estaba aplastando mi vejiga y los intestinos, por lo cual debían operarme a la brevedad posible.

Yo en ese momento no pensaba en nada, estaba muerta de miedo.
El día 21 de julio me realizaron la primera cirugía, de la cual me extrajeron un mioma efectivamente de 15 cm y que pesaba 2.5 kilos.

Al examinarlo me diagnostico cáncer de ovario el cual se había des encapsulado por lo que tuvieron que extraerme el apéndice y el epiplón, que es una capa que recubre el intestino. Al salir del hospital fue cuando empezó mi aventura.

El día que mi doctor me informo de mi enfermedad estuve acompañada de mi familia la cual en todo momento estuvo a mi lado, yo afronté esta enfermedad con un temple que jamás pensé que tendría, lloré lo que tuve que llorar y me levanté con la intención de que a mí esta enfermedad no me iba a matar.
 
A los 15 días después de mi recuperación acudí con un grandioso oncólogo, el Dr. Francisco Zamora, quien me explico que era un proceso largo y doloroso en el cual el primer paso seria darme un ciclo de seis quimioterapias cada 21 días.

Él me dijo las mejores palabras que me ayudarían a lo largo del año de tratamiento: "El cáncer se vence, es tu enemigo número uno y tú lo vencerás si eres fuerte de corazón y alma". Con eso yo entendí que debía ser fuerte, positiva y luchadora, no solo por mí sino por mi familia y amigos.

Mi primera quimio fue horrible, me hizo reacción cerrándome las vías respiratorias, el doctor quiso suspender el tratamiento pero yo me arme de valor y soporte las 6 largas horas en las que el medicamento entro a mi cuerpo haciéndome sentir mal, en esos momentos yo pensaba en mi mamá, mi hermano que todos los días me cantaba la canción de Luis Fonsi “No me doy por vencido” y mis sobrinas que son el motor de mi vida, son las persona que no me dejaron decaer, las que estuvieron a mi lado el día que me corte el cabello porque cada vez se me caía mas, las que estuvieron a mi lado en el sanitario soportando mis vómitos, las que lloraban al verme mal.

Después de mi primer ciclo, en enero de 2010 me realizaron una segunda operación para realizarme biopsias, en la cual desgraciadamente se descubrió que mi ovario izquierdo también estaba enfermo, así que me cerraron y esperaron a que despertara para que yo decidiera la mejor forma de continuar mi tratamiento.
 
Al ser una mujer de 26 años, soltera y sin hijos, tenían miedo de que yo no supiera como reaccionar, me dieron varias propuestas, pero yo en mi mente tenía algo muy claro: Quería vivir como diera lugar. Así que decidí que me operaran por 3ra ocasión y se me extrajera el ovario izquierdo, la matriz y sometiéndome a un último ciclo de seis químios preventivas.
Así que el 21 de julio del año 2010 fue mi última quimioterapia.

Acudo periódicamente a revisiones y mantengo la esperanza de que todo continúe bien como hasta el momento.
 
Yo me atreví a dar mi testimonio para ayudar y apoyar a más mujeres y hombres que en estos momentos están atravesando por esta terrible enfermedad, para hacerles saber que no todo esta acabado, que siempre existe una luz al final del camino, que con la ayuda de nuestros seres queridos y de nosotros mismos salimos adelante. Siempre hay que recibir el día con alegría y darle gracias a Dios por todas las bendiciones que nos da.

Tal vez algunas personas piensen que esta enfermedad es un castigo, pero en mi opinión es una enseñanza, un recordatorio de que debemos estar agradecidos con las cosas que nos dan, yo lo aprendí de la manera mas difícil, por eso agradezco infinitamente a mis padres, hermanos, sobrinas, familiares y amigos el haber estado conmigo en todo momento.

Alma Judith Flores Sáenz.

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