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Testimonio de Marcos Fornaro

 

Mi nombre es Marcos Fornaro y soy uruguayo, tengo 38 años de edad, y vivo en Asunción Paraguay desde hace 18 años y toda mi familia vive en Uruguay.

No sé por qué les cuento mi nacionalidad, ya que el Cáncer no tiene nacionalidades, edades ni lugares geográficos, pero bueno, me parece que es un dato más para que me conozcan.

Les haré un resumen de mi experiencia y luego una conclusión para que, si de alguna forma quieran compartir, con fines de ayuda, será bienvenido esa compartición.

Hace poco más de un año, me diagnosticaron cáncer de testículo, con metástasis ganglionar en la cavidad retro peritoneal (cerca del estómago).

Entré a cirugía en mayo de 2012 para la extirpación completa del testículo con el tumor.
Una vez reestablecido de la cirugía, y a días de comenzar la quimio en Paraguay, viajé a Uruguay, por recomendación de mi oncóloga, a realizar toda la quimio y proceso allá en Uruguay. No porque fuera mejor o peor el tratamiento, sino más bien por un aspecto de contención emocional. Allá en Uruguay estaría con toda mi familia completa. Por tanto, decidí viajar.

Al llegar, tuve una segunda cirugía para retirar residuos post operatorios de la primera intervención en Paraguay.

Comencé el largo proceso de quimioterapia, que comprendió desde Junio de 2012 a Noviembre de 2012.
Los ganglios en los cuales el Cáncer había hecho metástasis, si bien quedaron “muertos”, hasta este momento en el que estoy escribiendo esto, hay “actividad metabólica”.

Hoy, y desde Diciembre de 2012, ya estoy en Paraguay nuevamente.

Me realizo controles cada 4 meses (consistentes en Pet Scan y marcadores tumorales) y además siempre estoy atento a cualquier cambio que sienta en mi físico y mente.

La experiencia que tuve y estoy teniendo:
Al momento de recibir el diagnóstico, realmente casi no me inmuté, o lo hice muy poco. No me asuste. Lo tomé como una enfermedad más. Si me preguntan porque fue esa reacción, solo alguien que pasa por esto puede entenderlo, pero yo se lo atribuyo a la inconsciencia del momento, y no a la ignorancia. También sé y sabia en ese momento, que al contrario de lo que piensa el común de la gente, para mí el Cáncer no es sinónimo de muerte, y menos en estos tiempos.

Solo una vez, en todo este tiempo, y por 10 / 15 minutos se me cruzó por la cabeza lo peor para conmigo. El resto del tiempo estaba recibiendo el apoyo de mi familia completa, vecinos y amigos de Uruguay y Paraguay, compañeros de trabajo y accionistas de la empresa donde trabajo en Paraguay (aun en Uruguay durante 9 meses, me seguían depositando el salario, me ayudaron mucho).

Lo que les puedo decir, en mi caso personal, es que, y aunque suene un poco morboso, es que esta enfermedad me hizo cambiar en muchos aspectos de la vida.
Hasta ayer me fastidiaba con el tráfico, hoy creo que no es lo más importante de la vida. Hasta ayer, un problema a resolver en mi oficina, era un drama, hoy es algo más que pasa. Hasta ayer, una nube, un sol, un árbol, una lluvia, no eran nada más que eso; hoy son cosas que las disfruto al máximo.

Sé que no todos compartirán las mismas experiencias, y algunos dirán “este muchacho está loco”, pero es lo que siento. Tengo otra oportunidad o no, pero mientras camine la voy a aprovechar.

Cuando me toque partir, y no sé cuándo sea, estoy seguro que lo haré feliz porque he y estoy haciendo las cosas que me gustan, que quiero, dentro de las normales leyes de convivencia y costumbres; estoy con la gente que yo elijo y quiero.

Con esto quiero decirles, según mi experiencia y cada uno/a tendrá la suya, que no se desesperen, porque nadie firmó ninguna sentencia de nada. Que disfruten de las cosas simples y gratis que nos da la vida… no existe el “yo no puedo” porque es mentira.

A mi aún me queda pendiente una cirugía, para el caso de que esa actividad metabólica en los ganglios sigan aumentando (los ganglios muertos están alojados –están “abrazados”- a la arteria aorta, que está entre la columna vertebral y el estómago), la cual será bastante complicada y vaya a saber si cuando salga del quirófano pueda volver a hablar, a moverme o incluso vaya a saber si salga vivo.

Mientras hago mi vida normal (juego al futbol –social-, practico Squash, tomo alcohol –social-, trabajo todos los días 10 horas, tengo amigos, amigas, estoy enamorado –aunque esa mujer no lo entienda-), en fin normalmente, pero siempre respetando síntomas y la enfermedad.

Bueno, ojala que mediante este testimonio pueda ayudar a alguien, o también tal vez algún otro alguien se sienta identificado/a a esto que les conté.

Cualquier cosa que necesiten, quedo a sus enteras órdenes, siempre que esté a mi alcance.
Espero no haberles aburrido.

 

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